Los cuatro pueblos que forman el municipio de Nevada
El municipio de Nevada, situado en pleno corazón de La Alpujarra, está formado por cuatro núcleos repletos de historia, encanto y tradiciones. Cada uno de ellos conserva su personalidad y te invita a descubrir la esencia de la comarca a través de sus calles, monumentos y paisajes. Conócelos y déjate sorprender por su autenticidad: Laroles, Mairena, Júbar y Picena te esperan.
Laroles: la puerta de Sierra Nevada, con vistas al mar y legado árabe
En Laroles se encuentra el Ayuntamiento de Nevada y es el mayor núcleo del municipio. Sus calles blancas y empedradas descienden por la ladera, jalonadas de macetas y pequeñas plazas con fuentes. Destaca su gran pasado árabe, visible en el entramado urbano y en su sistema tradicional de acequias. En los días claros, desde Laroles se pueden contemplar espectaculares vistas al mar Mediterráneo, un privilegio que lo convierte en uno de los miradores naturales más bellos de La Alpujarra. Además, Laroles es punto de partida de importantes rutas de senderismo y acoge una vibrante vida cultural durante todo el año.
Mairena: el “Balcón de La Alpujarra” y las eras mejor conservadas
Mairena, conocido como el “Balcón de La Alpujarra” por sus impresionantes vistas panorámicas sobre el valle y la Sierra de la Contraviesa, es famoso por su ambiente rural y su fuerte legado agrícola. Aquí encontrarás el mayor conjunto de eras mejor conservadas de la zona, antiguos espacios donde se trillaba el cereal, hoy auténticos monumentos etnográficos que conservan todo su sabor tradicional. Sus casas, calles y fuentes invitan a pasear sin prisa y a descubrir la hospitalidad de sus habitantes, además de una deliciosa gastronomía local.
Júbar: uno de los pueblos más pequeños de Andalucía, historia viva y gran paz
Júbar es un verdadero tesoro escondido de la Alpujarra: con apenas 10-15 habitantes, es el núcleo habitado más pequeño de la provincia de Granada y uno de los pueblos con menos población de toda Andalucía. Su atmósfera tranquila y su entorno natural, rodeado de acequias y campos, lo convierten en un auténtico remanso de paz. Presume de una de las iglesias más antiguas y singulares de La Alpujarra, con origen mozárabe, y de un caserío compacto y encantador. Júbar representa la pureza y la esencia de la vida rural alpujarreña.
Picena: calles muy estrechas y leyenda del Peñón de Picena
Picena destaca por su trazado morisco y sus calles extremadamente estrechas, como la Callejón de la Zorra y la Calle Empedrada, consideradas de las más angostas de la Alpujarra granadina. Sus callejuelas, muchas de ellas de apenas 1 metro de ancho, conservan el sabor genuino de la arquitectura bereber, pensada para proteger del calor y el viento de la sierra. Junto al cementerio encontrarás el mítico Peñón de Picena: durante generaciones, se dice que, cuando la sombra del peñón tocaba la era cercana (el lugar donde se trillaba el cereal), era la señal para que los trabajadores del campo terminaran la jornada y regresaran al pueblo. Una tradición oral que forma parte de la memoria colectiva. Picena, rodeada de castaños y bancales, es sin duda un lugar perfecto para perderte y disfrutar de La Alpujarra más genuina.



